Allí estaba el, plantado ante el espejo. No sabía que veía. Le preocupaba. Le daba miedo estar solo, apagar la luz y meterse en la cama por la noche sabiendo que allí no había nadie con el. Todo era extraño, tanto, que algo le presionaba. Se contradecía a si mismo, ya que se encontraba a gusto, pero le faltaba algo, y no era el pasado. Le faltaban las ganas de moverse y volver a sentir. Su piel se erizó ante el espejo, junto a una voz que dejaba sin palabras de fondo.
A veces pensaba, demasiado, y un profundo vacío le atacaba de repente en el estómago. "Es así", se dijo a si mismo. Así es como empezó de nuevo. Frente a un espejo.
GRACIAS.
(sí, daos por aludidos)